domingo, 5 de enero de 2014

Esas palabras: "Placeres culpables"

  


Nunca he entendido el concepto de que haya que estar avergonzado de determinadas preferencias culturales o artísticas por el hecho de que no estén de moda entre nuestros contemporáneos o no te creen una imagen "guay". Yo ya no sé, dada la extraña encrucijada en que me hallo, si es más "placer culpable" una serie de anime como "Fushigi Yugi" o bien películas de Antonioni como "Blow up" o "El reportero", que son puestas a parir cien veces al día por gente enrollada que ni siquiera se ha molestado en verlas. Dentro del ámbito de la mente y la fantasía, yo no veo por qué un placer debería ser culpable; no es como si estuviera muriendo de pena un ángel en el cielo cada vez que escuchas con placer una canción de Emerson, Lake & Palmer o ves con agrado películas con títulos como "Desnudas para el asesino".


Queda un pequeño consuelo para tanta incomprensión: aquello que decía en sus memorias Buñuel sobre que un español de los viejos tiempos disfrutaba más del sexo por el mero hecho de pesar sobre él todos los anatemas y prohibiciones eclesiásticos habidos y por haber. Lo mismo podría aplicarse tal vez a estos gustos marginales, pero, careciendo uno de semejantes rémoras de culpabilidad, esa actitud le suena uno más a la superioridad de quienes, para sentir de veras placer en el campo que sea, necesitan saber que muchos otros están bien jodidos.

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