Algunos parece que ven comprometida su masculinidad si
admiten que les gustó una película en la que los niños juegan en la nieve y las
niñas se enamoran en el cole. Bueno, peor para ellos, porque “Wolf children”,
del cada vez más en alza Mamoru Hosoda, fue sin discusión lo mejor de la
Muestra, con un uso de la fantasía para metaforizar las dificultades del
crecimiento y la elección del propio camino en la vida que no tiene nada que
envidiar a obras mucho más prestigiadas, y un encanto narrativo que se fue ganando
poco a poco a un público con evidentes ganas de tomárselo todo a chufla. Y ya
ven, otra joya que cayó en el cartel por casualidad, porque el anime queda
“moderno”. Menos mal, porque, de otro modo, verla en pantalla de cine habría
sido totalmente imposible.
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