viernes, 2 de mayo de 2008

Vive la France


Echando atrás la mirada, uno se explica muchas cosas. Francia e Inglaterra se rebelaron para cortar la cabeza al rey. En España, sin embargo, nos rebelamos para reinstaurar la monarquìa absoluta, al grito de “Vivan las caenas”, y para mantener el Antiguo Régimen lo menos hasta el mil novecientos y pico. Y lo que vino después lo sabemos demasiado bien. No nos ha de sorprender por tanto que no exista una verdadera conflictividad social en nuestro país, y que los sucesivos gobiernos no tengan la menor dificultad en metérnosla doblada.

Cuando pienso que podríamos habernos ahorrado una guerra civil y ahora formar parte de una potencia nuclear, con una divisa de libertad, igualdad y fraternidad que esconde un frío corazón capitalista, con un asombroso coeficiente de ínfulas intelectuales per cápita y un amor de inventores por el séptimo arte, con una modelo casquivana como primera dama y una relajación de las costumbres sexuales como no es posible cuando se tienen aún atados a la espalda, mal que nos pese, los dos frailes de “Un perro andaluz”, cada vez que pienso todo eso me vienen al recuerdo mis palabras en la iglesia de los Inválidos, ante la tumba de José Bonaparte: “Fue nuestro rey”.

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